domingo, 10 de febrero de 2019

Novela: La Aurora del Alba


Prólogo



Corría el año...
No recuerdo bien...
Lo que importa es que...
Era el futuro, pero un futuro pasado. Bueno, pasado para mí. Me rasco la cabeza nervioso y agrego frenético:
_¡Me hago bolas!
Me causa gracia y tristeza a la vez. Es difícil de explicar...
¿Por donde empiezo? Ah! Si, claro. Por el principio. Todas las historias empiezan, así. Aunque me temo que esta, no comienza igual y tampoco es una historia, más bien es parte de la historia de lo que ocurrió. Bueno, de lo que ocurrirá.
Esto, del tiempo y el espacio, me vuelve un tanto loco, debo confesar. Aunque es muy importante. Pues, marca el ritmo de los acontecimientos.
Debo mencionarlo, así. Tal vez así, me entiendan. Tal vez, así, me crean...
Lo importante es que Arthur Clarke y Isaac Asimov tenían razón.
¿Saben, quiénes son estos señores?
Son unos escritores de novelas de ciencia ficción ¡Eran unos adelantados a su tiempo! Tal vez... Viajeros, como yo. Tuve el privilegio de encontrar uno de tantos de sus libros y leerlos, cuando llegue. Por eso, los conozco. Uno se llama El Fin de la Infancia” y el otro es “La Fundación”
Tal vez debería haber escrito un libro...
Y... Mentir, diciendo que es ficción, en lugar de afirmar vehemente que ocurrió, bueno, que ocurrirá.

Yo no nací en este tiempo. Vengo del futuro de ustedes. Nací hace miles y miles de años, en otra tierra, muy parecida a esta, pero millones y millones de años luz de distancia y tiempo de donde y cuando estamos, ahora... Aunque pertenezco a la raza humana y soy descendiente de esta Tierra... Bueno, lo seré. Lo cierto es que cronológicamente, aún, no nací
Eso, no debí haber aseverado a la policía cuando me detuvo hace unos días.
Mmm... Claro, que no. No me creyeron. ¿Y quien lo creería? Yo estoy aquí y aun no me lo creo.
Tampoco me creyeron los señores de batas blancas que me recibieron, luego del golpe en la cabeza que me promulgaron los oficiales de azul al grito de:
_Cállate, loco de mierda!
Jalan muy fuerte del cabello...
Bueno, debe ser una costumbre de estos tiempos...
Los señores de batas blancas fueron más amables, en cambio. Me invitaron cortésmente a que les relatara mi historia, sin embargo cuando comencé a relatar lo que en breve les cuente, me dieron una inyección para que duerma. Tal vez creyeron que estaba agitado, cansado y nervioso por el viaje. Claro, ellos no sabían, que llegue aquí hace meses.
Mas tarde, me alojaron en una habitación de paredes blancas, heladas y muy altas. Lo bueno es que se preocuparon de que no pase frio esa noche, colocándome un chaleco, aunque era un tanto incomodo. No podía mover los brazos ni las manos...
Ni nada...
Bueno...
Lo primero, que debo mencionar es que existen múltiples universos paralelos a este...
Y algunos son muy parecidos entre si, salvo algunas diferencias...
Lo que quiero decir es que...
Existen miles de planetas Tierra, pero eso, no significa nada.
¡No me lo tomen a mal!
Pues, pueden ser muy similares a esta y otras muy diferentes. Es decir que puede suceder que en algunos casos no han evolucionado los mamíferos, sino los reptiles y en otros, es puede ser tan similar que existen desde Jesús hasta Stephen King a la par del amor que has experimentado ayer, mi querido lector. Escribo nervioso y apresuradamente porque pueden volver por mi en cualquier momento los señores de bata blanca y no quiero que nada quede sin registrar. Ya que esas inyecciones que me ponen son muy potentes y me hacen olvidar.
Bueno...
Volviendo a lo que les contaba, debo señalar, que es interesante, que tengan este dato para que no confundan este mundo con el vuestro.
No obstante, estén alertas y tomen su legado de experiencia. Todo aquello que les favorezca, todo lo que puedan sacar como fruto de esa hiel. Puesto que se aprende con la propia experiencia, pero también viendo equivocarse y resucitar a los demás. Porque todos somos uno y cada uno formamos, un todo. Un corpus continuo.





Primera Parte:

El Regreso del cordero al matadero



Hoy es un día más calmado. Estoy mas calmado. No siento que en cualquier momento vendrán a quitarme lo que escribo. Pues, fueron ellos mismos, que al ver mi registro anterior, han sugerido que escriba. Así, que lo haré con mayor calma.
Antes, que empiece con mi relato, que por cierto es cierto aunque suene expletivo, enfático y redundante; debo aclarar, que yo, mi persona personal, este ser que aquí les habla, no me expresaba de esta forma. En realidad soy bastante conservador, un gran orador de lenguaje absolutamente formal y culto.
Aunque ustedes no lo crean...
¡Así, es!
Por lo tanto, me veo en la imperiosa necesidad, bajo estas accidentales circunstancias, de pedir disculpas por mi vocabulario empleado por homosapiens sin evolucionar.
¡Es que nosotros ya no hablamos!
No usamos las cuerdas vocales para emitir sonidos y comunicarnos...
¡Perdí la costumbre!
Mis cuerdas vocales están un poco oxidadas...
Me temo...
¡Lo siento!
Además, el hecho de estar, en contacto, durante mucho tiempo, con humanos, me ha hecho olvidar un poco mis modales.
Ya que estamos refiriéndonos al vocabulario, tengo que hacer constar, que ustedes tienen un lenguaje muy confuso. En realidad, se me dificulta mucho entender y por tal, mas aún, pensar en su lengua. Por eso, a veces me acelero demasiado. Perdón...
Bueno, volviendo a lo que íbamos, debo decir, que mi viaje no comienza en este tiempo, como ya les había adelantado, sino en otra tierra, muy parecida a esta y en el futuro. Su futuro...
Bueno, posible futuro.
Cuando salí de mi hogar debía realizar una importante misión. Buscar un sol. Pero, nunca imaginé, que me encontraría con tal revelación...
¿Será así en todos los universos?
¿Será que solo es una anomalía de ese?
No lo se, sin embargo es muy importante. Así que debo contarlo.
Bueno...
Este fue mi primer viaje y era un gran honor. Pues, solo son asignados los que nacemos con una estrella en la mano derecha. Una especie de tatuaje natural. Una marca de distinción. Una marca que nos distingue de entre los demás.
Mi cultura cree que es la naturaleza la que hace la selección. Así que la elección jamás es equivocada.
Para iniciar, voy a dejar constancia de algunas características del tipo humano, que he encontrado en este viaje, a esa otra tierra, en mi búsqueda incansable del sol. Esta, era mi primera y principal misión. Aunque, me parece imprescindible, antes de continuar, aclarar que no es el sol que conocen los humanos. Es un SOL diferente, que nadie logra ver, sin embargo es el que mas LUZ irradia desde antes de la creación de la vida en cualquier ámbito de cualquier universo. Una luz que nace cada tanto. Una luz, que solo los privilegiados vemos. Porque es tan poderosa, que no la percibe cualquier ojo.
El Don de la vista no es para cualquiera, me temo…
Hago esta aclaración, ya que estos humanos todo lo confundían, al igual que yo, en su planeta. Principalmente en relación a las percepciones de la luz y a las nociones elementales. No sabían valorar lo que tenían y muchas veces, valoraban superficialidades y destruían aspectos fundamentales. También, hacían generalizaciones apresuradas sobre circunstancias importantes. No dejando lugar a la duda e inculpando inocentes sin el menor gesto de remordimiento. En otras palabras, arremetían contra cualquiera, que pensaba distinto.
Esos choques de intelectos primitivos me han sobresaltado sobre manera varias veces...
En verdad que era una raza absurda y contradictoria...
¡Asustaban, a veces!
¡Daban pánico y terror!
Lamento ser grosero, pero me han asustado bastante y debo decirlo, porque si hay algo, que a mi especie la caracteriza, es la honestidad brutal.
No mentimos jamás...
Esta especie aparentaba ser un manso cordero, pero en realidad era una serpiente enroscada a la espera de alguna presa a la cual devorar.
No quiero ser ofensivo ni usar términos que puedan herir susceptibilidades, pero he tenido sentimientos discordantes...
¡Cosa extraña en mí!
Ya que siempre he sido un ser homogéneo en lo que a emociones se refiere…
No puedo mentir...
No se hacerlo...
Siempre he preferido pensar, que el otro pone su mejor buena intención. Pero, bueno, en ocasiones, no hay posibilidades para la duda...
Estoy temiendo la posibilidad, que me han infectado. Parece difícil no dejarse llevar por sus pasiones, que aunque bajas, dejaban una gran exaltación.
Vivían todo con una fogosidad descontrolada...
Me he vuelto un tanto ansioso y descontrolado, también. Debo confesar levantando en alto los estandartes de la honestidad, aunque se trate de mi.
Es mas, dudo mucho que me permitan entrar nuevamente en mi mundo...
Me parezco bastante a ellos, ahora. Sin embargo, algo dentro, en mi interior, se espanta de estar volviéndose, así. Pero, el sentir lo compensa todo. Porque siento intensamente. Me siento vivo. Más vivo que nunca antes. Me siento vivo, si.
En cierta forma, admiro esa vibra que poseían. Puesto que despierta agitación y sonoridad, componentes básicos para la creación. Sin embargo, me apenaba mucho, que no fueran conscientes de ese potencial que los caracterizaba.
Parecían dormidos. Eran los grandes durmientes...
Sus corazones latían a mil revoluciones por segundo ¡Ojo! No lo dice un doctor, dilucido, sino un poeta. Es lo que soy. Un poeta.
Solo los poetas estamos preparados para los viajes interestelares.
Por tal puedo afirmar, que esas revolucionarias emociones, que los caracterizaban fueron las causantes de muchas de las lucha y de las guerra encarnizadas, que habían padecido. Todo estaba relacionado a esos sentimientos tan fuertes, que los movilizaba para encontrarse a si mismos, aunque todavía no lo hayan logrado.
O Tal vez, si...

Esta historia comienza en una selva...
Bueno, la historia, que les vengo adelantando hace rato. La historia de lo que sucedió a este planeta que visité...
Se preguntarán cómo lo se.
Lo se, pues encontré varios registros anteriores de otros viajeros. También, me lo contaron sus protagonistas y al final, terminé participando en ella.
Mi historia comienza en una selva. En una selva verde, como los hermosos ojos de una dama. Un verdor tan perfecto, que haría a cualquier mortal perderse entre sus matas, ciénagas y tupida vegetación dominante, puesto que su magia es ancestral y misteriosa.








Capitulo 1: La Selva




Internado en la selva intento alcanzar ese recuerdo placentero, que tú, sin proponértelo, me invitas a pensar, cuando más lo necesito.
Aquí, estoy y tú, lejanía atemporal, efímera quimera nocturna, me confundes y me transportas a otro tiempo, a otro espacio, donde no soy más que un simple mortal incapaz de sentir sin tu caricia etérea y cálida, que se dibuja detrás de ese color transparente de unos ojos verdes. Aquellos que una vez soñó Bécquer en una de sus tantas noches tormentosas y la hizo historia.
Aquí, estoy, ensimismado en una tupida selva frondosa virgen, que jamás fue explorada por hombre cabal.
Aquí, adentrándome sin miedo, gracias a tu recuerdo que me atormenta y no me permite pensar en lo que estoy haciendo. No me permite pensar hacia donde voy ni lo que me espera mas allá de esos árboles, en ese claro casi jurásico....
Tu recuerdo me hace valiente o tal vez un tonto, pero me da fuerzas para seguir avanzando, hacia lo que aún desconozco, sin temor alguno a la muerte.
Mi nombre es Augusto y soy hombre de poca fe, pero de mente abierta a lo que mis ojos ven.
Doy un paso hacia adelante en lo que me espera. Adelante. Siempre adelante. Ni un paso atrás. La cuestión es no detenerse. Siempre avanzar
¿Por que vivir en el pasado?
Si de nada sirve. Nada se puede solucionar...
Sin embargo, lejanía atemporal, cuanto te extrañan mis ojos...
¡Cuanto extrañan esa suavidad de tu piel, ese fuego de tus cabellos y esos ojos verdes! Esos ojos casi etéreos, casi angélicos, casi dionisíacos, en los cuales me perdía con tal vehemencia que nada me importaba en esta vida más que estar contigo, ser mágico.
Tú, un ser mitad humano mitad deidad. Un ser híbrido. La unión perfecta de dos razas: una superior y otra inferior. Un obsequio de los dioses al mundo y del mundo a mi...
Me detengo un instante. El camino es intransitable. Es imposible. Pero, decido continuar. Tomo un tramo escabroso que me resulta mejor que otros, sin saber que era el camino equivocado...
Las enredaderas me aprisionan con sus lianas y caigo en una especie de foso cenagoso. Intento levantarme, pero por más que lo intento, no puedo. No puedo salir. Mis manos se agrietan y se dejan ver los cardenales que asoman en mi piel en una especie de experiencia religiosa mística. Me sangran las muñecas de los brazos y ambos pies. Un costado de mi torso es herido por una de las filosas raíces, que se desprenden de la tierra, como si fuera una lanza. Estoy herido. Estoy muy mal.
Mi respiración se acelera. El calor cubre todo mi cuerpo. Pierdo el conocimiento y no recuerdo...
No recuerdo. No recuerdo...
Todo se torna negro como la noche sin estrellas y sin luna. Negro. No puedo ver nada. No puedo ¿No hay electricidad?
No recuerdo. No recuerdo. No veo.
Oscuridad infinita en mis pupilas. No hay energía.
Hasta...
Hasta que de repente...
Recordé.
_ ¡Si! ¡No hay electricidad! _Oigo una voz, cerca de mi. Una voz muy familiar.
_ ¡Ahora, recuerdo! _ Pienso y me incorporo. Ya no estoy en la selva. Estoy en una ciudad.




Capitulo 2: La oscuridad de la ciudad



_ Deberías tener mas cuidado y ver mejor por donde caminas. No hay electricidad. Las calles están muy oscuras, Augusto. No quiero que te lastimes otra vez ¡Volvamos pronto!_ insistió una joven a mi lado ayudando a levantarme, luego de un terrible tropezón que tuve, a causa de no ver un pequeño objeto de acero plantado a 4 centímetros del suelo. Desenlace, mi cara rozando el frio cemento del asfalto y una pierna lastimada y sangrante.
_Elizabeth! No soy un niñito pequeño ¿De acuerdo? No tienes que estar cuidándome. Más bien, soy yo el que debe protegerte. Por eso, quiero saber por qué no hay energía en toda la ciudad. ¡Es muy extraño!_ Le dije preocupado. Mas tarde, agregué, cuando la vi rompiendo en llanto junto a mi pierna que ahora cojeaba, gracias al intenso dolor que me producía la herida abierta.
_ Estará todo bien. Eres mi hermanita. Estoy aquí contigo. No me voy a ningún sitio. No voy a abandonarte...
_ ¡Quiero volver a casa!_ Dijo mirándome con sus grandes ojos celestes hechos un mar de lágrimas. Tenían tanta agua dentro, que podría navegar tranquilamente el Titanic.
_ De acuerdo. Regresaremos ¿Mejor?- Le pregunté molesto.
Ella sonrió con ganas, secándose las lágrimas de su mejilla y luego, aseguró feliz con su rostro radiante:
_ Si.
De pronto, una intensa luz surgió de entre las tiniebla absolutas y nos hizo retroceder un momento. Era la luz de una linterna. Alguien se aproximaba dando tumbos en la oscuridad con su luz de lazarillo.

Elizabeth se aferró a mi pierna lastimada con tal fuerza que casi me hizo gritar del dolor. Mi pequeña hermana era una niña de 6 años, que se había vuelto tan valiente en este último tiempo...
Una pequeña regañona. Una pequeña mamá, que fruncía el ceño cada vez que yo estaba por cometer una tontería con mi vida...
Demasiado madura para su edad, a causa de la sorpresiva muerte de nuestros padres en ese maldito accidente automovilístico ocurrido hacía 2 años.
Un maldito ebrio había acabado con la vida de nuestros padres en un abrir y cerrar de ojos. Un maldito, maldito tris que cambió nuestras vidas para siempre. Cambió a un joven que tenia un brillante futuro como jugador de fútbol o médico, abogado o no sé, lo que se me ocurriera, cuando debiera elegir, a un muchacho que tenía poca fe, mejor dicho un hombre de poca fe. Si, un hombre de poca fe. Porque en eso, debí convertirme en un tris. Ese maldito ebrio me convirtió en un "debí haber sido" y un maldito "debí dejar". Pues, debí dejar la escuela, a mis amigos, mis ilusiones y trabajar. Debí dejar de lado todas aquellas ideas "tontas" que había tenido un jovencito de 17 años, cuya mayor preocupación era no haber estudiado para un examen. Por un periodo de tiempo no muy extenso, fuimos a vivir con nuestra tía al campo. Fue un pequeño oasis que duró un suspiro, ya que luego de nueve meses, la tía Aira falleció de un cáncer fulminante en el estómago
¡Maldito cáncer!
¡Maldito ebrio!
Sin embargo, hacía unos días que acababa de cumplir 18 y eso, me daba la pauta y la responsabilidad de cuidar a mi hermana. El escaso tiempo que me quedaba para llorar y lamentarme por mi maldita mala suerte era inminente y fatal. Se había agotasdo. No podía llorar. Ya no. El niño debía partir para dejar paso al hombre. Debía ponerme de pie, aunque estuviera caído. Era mi obligación. No había nadie más.

Esa maldita linterna me enceguecía de tal forma que me obligó cubrirme los ojos con un brazo, para poder observar quien era.
_ ¿Quién es?_ Grité
Pero, no podía ver nada. Nada más, que sombras. Así, que aparté el brazo que tapaba mis ojos y cuando las sombras se disipaban pude ver la verdadera hermosura.
Nunca pensé, que la belleza perfecta podía encontrarse representada en una sola persona. Nunca creí, que detrás de una luz, podía hallarse otra luz, aún más resplandeciente.
No se puede ver con los ojos cubiertos, sino que debes quitarte el velo y mirar la luz de frente.
Quedé atónito, sorprendido.
No, esa no es la palabra. ¡Hechizado! Si, hechizado por su encanto tan seductor, que me tocaba sin proponerselo, me acariciaba y me transportaba, por primera vez, a una selva absolutamente verde


¿Una premonición, tal vez? Mas tarde, me percaté que poseía ese don


Pues, así eran los ojos que vi. Unos ojos cristalinos y serenos. Benignos y tranquilos.


Tus ojos, ese oasis etéreo y transparente. Ahora, lo se


Unos ojos verdes, que me observaron asustados, enmarcados en una tersa piel de porcelana que coronaban una cabellera leonada larga hasta la cintura. Una absoluta aparición. Un ángel. Pasaste tan rápido a mi lado, pero sentía, que te conocía desde hacía siglos, como si alguna vez nos hubiéramos visto en otro lugar, en otro tiempo.
Era como, que mis ojos le hablaban a los tuyos en un idioma cósmico silencioso...
¿Estaba loco?
Debía estar volviéndome loco...


Seguro, así fue. Esa noche enloquecí por ti. Sin siquiera saber el por qué. Aún, no lo sabía. Jamás lo hubiera adivinado.


_¡Espera!_ te dije. Pero no te detuviste y continuaste hacia el espacio indómito, donde no era dueño. Porque no era tu dueño y nunca lo fui.
Entonces, Elizabeth me despertó de mi ensoñación, al notar que te estaba siguiendo sin darme cuenta.
_¡Ey!_ Tiró fuertemente de mi pantalón y agregó furiosa:
_ ¡Niño tonto! No voy a estar a merced de tus hormonas
¿De acuerdo?_ Me dijo mi hermanita, con cierto aire de superioridad.
_¡Lo siento, Elizabeth! No fue mi intensión... _ sostuve.
Pero, no pude terminar la frase, puesto que mis ojos seguían prendados de ti y vi, sin poder evitarlo, que te alejabas y te perdías entre los altos y angulosos edificios de enfrente. Esos ambiguo edificios de cemento.
_¿Quién es esa chica?_ Alcancé a balbucear

Mi hermana a mi lado, dijo:
_ ¡No lo se! Mejor regresemos a casa. Ya es muy tarde y se oye una jauría de perros. No es buena señal. A no ser, que quieras salir lastimado _ afirmó, mirando fulminante mi pierna herida:
_ Aún más.
Decidí obedecer a mi hermana. Ella pocas veces se equivocaba. Tenía una increíble percepción sobre las cosas y las personas, que todavía no lograba comprender, pero si respetaba. Volvimos a casa: Eli, feliz y yo, cojeaba un poco.
Nos fuimos alejando de aquel lugar y regresamos a nuestro hogar. Nuestro pequeño refugio de este mundo tan variable y peligroso. Nuestro pequeño universo alternativo de esta horrible realidad.





Capitulo 3: La burbuja

Una mujer. Una mujer detrás de un vidrio empañado.
Pero, no. Mejor no hablar de ciertas cosas.”
Cuaderno de memorias de un ángel nº1:
¿Quién era yo? ¿Qué era? No lo sabía. Lo único que sabía, es que debía escapar. Debía salir de allí. Alejarme lo mas que pudiera de aquel lugar tan ilusorio.
No podía seguir, así. Debía escapar de esa cortina falsa y alucinógena. Debía hacer algo para cambiar mi condición. No podía seguir formando parte de una mentira.
_¡Todo era mentira!_ Pensé en voz alta, cubriendo mi boca con mi mano derecha como si quisiera callar la verdad, que se escapaba por los poros de mi piel.
Mis pensamientos se agolpaban uno tras otro. Sin embargo, una luz tenue, como esa que pasa a través de la mirilla de la puerta, como esa puerta gris que cruce en el umbral, surgió y estalló:
_¿Puerta? Una palabra nueva._ Mi mente se transportaba y se nublaba, pensé:
_¡No había puertas! Ni siquiera sabia que significaba, eso. Puerta. Eso, dijo el hombre gris como la puerta.
Lo recuerdo bien. Dijo:
_¡Cierra bien! Cierra bien la puerta_ Eso dijo, como un látigo que resonó en el aire y se esfumó como una espuma de mar.
El mar...
Si conozco el mar. Bueno, el que vi.
No sabía si había sido real y ese hombre...
Mi mente divagaba:
_¿Hombre? ¿Mujer? No se parecía a mi. No sabía lo que era un hombre solo había escuchado la palabra. Frases convexas y entrecortadas como "los hombres son muy fáciles de manipular, solo dales dinero y adulación y los tendrás comiendo de la mano como a cachorros" o "Las mujeres están tan pendientes de igualarse al hombre o pelear entre si, que olvidan poner atención en cosas mas importantes como nosotros."o esta frase, aun mas desconcertante, "La desunión entre ellos conviene a nuestro negocio".

Creo que no sabía nada de nada y entendía, aún, un poco menos.
Mis recuerdos me confundían. Todo ese nuevo vendaval de palabras, que surgían como un torbellino en mi cabeza, me atormentaban. Me tomaba la cabeza agotada por tantos pensamientos disparados a la vez, no obstante, después de unos instantes, la luz volvía a aparecer y a materializarse en palabras:
_¡Si! ¡Ahora lo se!_ dejé escapar nuevamente. Era lo único que podía asegurar con certeza.
_ Ese paraíso no era real. Un vidrio empañado separaba la verdad. No parecía un vidrio, mas bien era un cristal. Un cristal tan perfecto que se veía como si fuera real. Si no lo tocaba no estaría aquí, seguiría en la mentira que habían creado para mi.
¡Dios! Todo era mentira_ Volví a decir y me di cuenta con cierta pena en mi corazón
_ Hasta tú también lo eras... Dios, creí que estabas ahí para mí. Dios, creí que todo lo sabias y que podías estar en todas partes y no es así...
Otra vez, coloqué mi mano derecha sobre mis labios. Miré al suelo como si intentara sacar de las piedras una respuestas y grité:
_¡NO ESTAS AQUÍ!_ levanté mi puño al cielo en señal de desafío pero solo llegó el silencio. Un silencio sepulcral. Entonces, reaccioné:
_ ¡Los perros! ¡Me siguen! _Reflexioné un momento
Debía seguir, continuar. Ya tendría tiempo de analizar la situación con tranquilidad. Debía buscar un refugio. Un lugar donde ocultarme.
Miré lo altos edificios que me rodeaban y corrí en pos de ellos. Edificios, montañas de cemento, buen lugar. Los perros no me perseguirían en la ciudad, menos cuando ya había comenzado a vislumbrar el alba y podría reanudar mis elucubraciones, luego, más tranquila.
Corrí. Escapé cuanto pude. Pero, los perros fueron creados para rastrearme. Así que tenía que tener cuidado.
Los días pasaron. Conseguí dar con un buen lugar para esconderme. Mis perseguidores parecían haber perdido mi rastro. Estaba a salvo, sin embargo me encontraba muy débil.





Capitulo 4: La niña adulta

Diario íntimo de Elizabeth
Mi hermano siempre me trata como si fuera una nenita...
Hasta confunde mi edad. Siempre dice que tengo 6, cuando en realidad tengo 9 y este año cumplo 10.
Me dice burlón "Bueno, es como si fuera al revés. Lo invertís y obtienes un 6. Lo vuelves a dar vuelta y es un 9".
Se hace el gracioso. Pero, a mi no me causa gracia.
Se lo digo una y otra vez, pero siempre lo olvida o finge no oírme. Tal vez no me oye...
Puede ser que no me escuche. Mucho mas en este ultimo tiempo que esta todos los días obsesionado con una chica que apenas vio una vez.
Creo que esta medio loco. Desorientado. No sabe que hacer. Asustado por la responsabilidad que le cayó encima, o sea yo. Soy una piedra en su zapato. Se que me ama y todo eso...
Pero, ser una especie de papá es algo muy distinto. Mucho mas complicado y él se lo toma en serio. Solo tiene 19 y debe ser todo un adulto responsable. La calamidad llamó a nuestra puerta y se perdió su juventud.
Debe ser muy duro. De hecho, lo es. Eso, lo se hasta yo, incluso aunque sea una “niñita”.
Tal vez el pensar en esa chica sea una especie de escape hacia otra realidad. Algo que emplea su subconsciente para aliviar tanta tensión...
Si, eso debe ser.
La cuestión es que hace una semana que no tenemos televisión ni música ni nada.
¡No hay luz! Hace toda una semana que no ha vuelto la electricidad y mi hermano hace una semana que vuelve a circular el mismo lugar que recorrimos aquella noche que se fue la luz y vio a su ángel, como Augusto la llama.
No me molesta que delire, pero por lo menos que regrese temprano a casa. La gente esta muy nerviosa y puede hacer cualquier cosa en ese estado histérico. No sabemos porque no hay energía en ningún sitio. Algunos dicen, que explotó un alternador, no sé que sea eso. Otros, que hay un desperfecto en la central hidroeléctrica que aún no han podido reparar. Otros, dicen que son los alíens. Y otros, que las manchas solares cada vez están mas grande y que lo que causó este problema fue una llamarada solar. No entiendo por qué dicen eso. Nos habríamos incinerado. Pero, los fans de esta postura explican que la llamarada solo fue electromagnética. No sé que sea y mucho menos entiendo tantas posturas raras.
Lo único que sé es que no tengo televisión, ni internet ni teléfono ni puedo usar ningún aparato eléctrico y que la escuela ha cerrado por falta de agua potable y luz. Mi hermano no puede hacer funcionar su celular, que repentinamente ha muerto. Todo es muy extraño. Los vecinos de mi ciudad están muy asustados. Nadie entiende lo que pasa. La gente enferma y no hay farmacias abiertas. Los medicamentos se agotan en las boticas. Pareciera que hubiéramos viajado en el tiempo hacia el medioevo.
Hasta el clima acompaña todo este fenómeno. Hace mucho calor. Temperaturas de casi 38ºcon sensaciones térmicas de 40º en pleno invierno. Estamos en agosto, en una región del planeta, que según mi maestra, tiene un clima templado. Todo es muy raro. Espero que se solucione pronto.





Capitulo 5: La responsabilidad


Mi casa era enorme. Demasiado grande para dos personas. Sin embargo, era la casa en donde habíamos vivido con nuestros papás. Así, que preferí, que sea allí, donde continuáramos viviendo. Porque me traía buenos recuerdos. Momentos especiales. Recuerdos de épocas mejores.
No sabía cuanto tiempo podía seguir sosteniendo esa casa con mi modesto empleo de repartidor, pero estaba empecinado en permanecer en ella. Era una de las pocas cosas queridas del pasado, que aún conservaba y de las que me sentía orgulloso.
Agotado, me sentaba en el sofá de la sala y miraba el último diario de la humanidad conocida, cada día al regresar de trabajar.
Había sido un día de poco trabajo y menos propinas.
El corte de energía afectaba mas cosas de lo que yo creía.
El diario era de hacía tres semanas, claro.
No tenía idea de lo que estaba sucediendo. Siempre aislado en mi burbuja de hermano mayor responsable.
Ya no había diarios ni revistas. Los puestos de diarios habían cerrado hacía poco menos de un mes, cansados de esperar material gráfico nuevo. Habían vendido todo lo que tenían, hasta libros, para continuar subsistiendo en un clima hostil y de desconsuelo. La última noticia, lo recuerdo bien, fue un titular con letras de molde inmensas que rezaba: “Inminente apagón mundial. La energía está por agotarse”.
Había preocupación en las calles. La gente le temía a los saqueos. Sin embargo, todavía llegaba combustible para abastecer a los vehículos, gracias a Dios. Sino, ya en ese entonces, se habría tornado todo en un caos incontrolable.
Esta última semana, me había convertido en una especie de autómata. Una y otra vez, luego del trabajo en Pizzas Rápidas(así se llamaba el lugar donde todas las mañanas, tarde y comienzo del anochecer, estaba) no había hecho otra cosa, que estar fuera buscando a esa chica con esos hipnóticos ojos verdes.
Buscándote a ti, mi efímera quimera.
Me había obsesionado tanto con ella, que ni siquiera entendía bien el por qué. Hasta había olvidado, que era el chico full time.
Necesitaba trabajar mas y tomar más empleos. Si poseía un tiempo libre lo cubría, de inmediato, con algún nuevo trabajo, que recaudara fondos para sostener mi casa y a mi hermana. Así, pensaba hasta, que apareciste tú y lo cambiaste todo. Eras una chica anónima, pero tan enigmática, que me hiciste olvidar mi obsesión por el trabajo que venía desarrollando muy bien sin ayuda de nadie. Cambié de obsesión. Antes, quería todos los puestos y turnos, Ahora, solo quería encontrarte y verte otra vez.
Solo pensaba en tenerte frente a mi, nuevamente.
Era tan solo una corazonada, pero un gran palpito del que no me equivocaba. Era un presagio, como los que tenía Elizabeth.
Sin ir muy lejos, el día anterior había recorrido ese lugar, donde te había visto la primera vez, con mi motocicleta. Buscaba un sueño. Mi sueño. La chica que me hacía perder el sueño.
En un principio, creí que solo te buscaba a ti, pero luego, descubrí que buscaba algo más. Sin embargo, no lo sabía, todavía.

_Un ángel_ Te Juzgaba y me sonreía. _ Ella es un ángel.


¡Cuan cerca estaba de conocer la verdad!

Había recorrido cada centímetro una y otra vez, en ese lugar donde la vi, pero nada. Busqué y miré, pero no estaba.
Ni rastro de ella.
No obstante, algo dentro de mi sabía que la encontraría …
Elizabeth estaba aún en casa de su amiga Caty, que vivía a una cuadra de nuestra casa.
Una hora para volver.
Tenía que aprovechar al máximo ese tiempo.







Capitulo 6: El encuentro


Augusto salió de su casa con la ilusión de volver a encontrar a esa chica que él llamaba en forma acertada ángel. Bueno, no un ángel convencional y clásico, claro. Pero si un ángel. Alguien diferente. Y aunque Augusto aún no lo sabia, estaba muy cerca de la verdad. Pues, su extraña obsesión lo llevaría a ver lugares impensables y descubrir secretos ancestrales ocultos.
Quien lo diría, que un joven común y corriente se vería envuelto en una trama tan misteriosa y de suspenso, que cualquier ser, un tanto sensato, evitaría de plano.
De repente...
Ya cansado de recorrer cada tramo posible y de no hallar el objeto de su delirio...
Exhausto y pensando en regresar a casa...
Desilusionado y casi derrotado...
De golpe, en una de las callejuelas, el joven vio una persona desplomarse en el suelo y siendo presa inevitable de un alma samaritana como la suya, se acercó para ayudarla.
Se acercó cada vez más. Cada vez más cerca. Estaba, cada vez más cerca. Se detuvo. Apagó el motor de su moto. Bajó.
Casi podía tocarla...
Casi sentía su calor...
Parecía estar viva. Era una chica. Estaba boca abajo. Tenía el cabello pelirrojo. La levantó tomándola de uno de sus brazos para girarla, con sumo cuidado. Su cuerpo estaba tibio. Estaba inconsciente. Entonces, advirtió que era ella.
Al fin, había encontrado a su ángel. Allí, entre sus fuertes y varoniles brazos descansaba la mujer, que un día sería el mensajero de la luz.
Un mensajero y el cordero aparecerá de improviso”
Ella sería la mujer por la que lo dejaría todo. La mujer, que cambiaría su mundo y el de todos a su alrededor.









Capitulo 7: El Ángel


Era ella. Aquí y ahora. La levanté tomándola entre mis brazos con la mayor suavidad que pudieron tener mis manos. Su cuerpo era tibio , frágil y olía a delicados aromas de hierbas recién cortadas
¿Qué le habrá pasado?
¿ Por qué estará en estas condiciones tan lamentables?
La primera vez que la vi se veía rozagante y llena de vida y ahora, su piel estaba pálida y deshojada como una planta arrancada de un jardín, que se hubieran dejado descuidadamente a la intemperie...
Sin embargo, era ella y nada importaba.
Solo pretendía ponerla a salvo. Llevarla a un lugar seguro donde poder cuidarla y devolverle su color. Ese lugar seguro, solo era uno entre mil, mi casa, mi refugio.
La energía volvió esa noche. Solo en mi casa. Solo por esa noche. Fue su primer milagro.
Hubo luz y electricidad como si un aura angelical hubiera entrado con nosotros al cruzar el umbral. Y así, fue. Solo hubo luz en mi casa esa noche, cuando ella ingresó. No pudimos creerlo en un principio con Eli, pero al final, llegamos a la conclusión de que esa energía no era casual. Era un milagro. Y ese milagro estaba relacionado con mi ángel.
La deposité sobre el sofá de la sala, con ternura, con una ternura inmensa que solo se siente instintivamente por un bebé recién nacido, que ha venido al mundo para traer felicidad.
La dejé recostada sobre el sofá del living y fui a buscar a mi hermana, hecho un rayo, porque no quería dejarla mucho tiempo sola.
Una vez que Elizabeth estuvo conmigo fue ella la que se ofreció como su enfermera personal. No se lo que sucedió con mi hermana, pero no se apartó de mi ángel ni por un instante, hasta que abrió sus bellos ojos verdes, al día siguiente, un tanto confundida y temerosa de todo a su alrededor. Sus primeras palabras fueron muy extrañas, dijo:
_ La selva es el génesis de mi existir. Entre ángeles y Dios está. No puedo regresar, nada es verdad. Todo es un pandemónium desde que me fui de aquel lugar
Parecía que hablaba en verso, sin embargo, era ella y nada importaba mas que su compañía.
Mi hermana pensó que era necesario llevarla al medico, pero mi ángel dijo:
_No. Me tengo que ir. No quiero ir a ningún sitio ni siquiera debería estar aquí. No se si ustedes son ellos...
No se quienes son ustedes...
¿Son ellos?
Nos miró asustada y agregó:
_Si son ellos dejen de jugar con mi mente, por favor_ suplicó, con lágrimas de lluvia en esa selva verde.
Luego, vio la Biblia sobre una mesita que estaba reservada para revistas y algunos libros que teníamos en casa. Claro, había una biblioteca familiar repleta pero ese era el lugar para algunos ejemplares que papá leía a diario y como no pretendía cambiar nada en mi casa, en un intento de conservar la vida que teníamos, todo permanecía igual.
Tomó la Biblia, era un libro que jamas había leído antes ni yo ni ella, tampoco. Pero, pareció interesarle por sus solapas, creo yo.
Aún, no la entendía
El libro tenia solapas negras con guardas doradas muy llamativas. Parecía una niña pequeña mirando algo que no discernía.
Lo juro, parecía que no sabia leer y no sabía.
Lo miró por unos 20 minutos y mas tarde, comenzó a leer. Así, como si nada, el génesis. Pensé que no sabia. Tendré que dejar de prejuzgar a mi ángel. Después, supe que había juzgado bien.
Lo justo es que terminó de devorarse el ejemplar encuadernado en 60 minutos. Una hora. Completo. Un libro tan pesado de contenido metafórico y simbólico solo le llevó un máximo de una hora para leerlo completo desde el Génesis hasta el Apocalipsis, el Libro de las Revelaciones.
Luego, me miró con sus enormes ojos y dijo:
_Tienes mas de estos... _ Titubeó un poco antes de proseguir
_ LIBROS
Lo dijo como si fuera la primera vez que lo hacía, pero era como si supiera todo sobre ellos.
Le respondí que si, que tenia una biblioteca repleta de libros, que tomara el que quisiera, el que mas le gustara.
Y así, era. Le hubiera dado lo que me pidiera.
Ella se detuvo un momento y me susurró:
_ Estoy hambrienta...
Entonces, sugerí que pasáramos a la cocina, que le haría algo de comer. Puesto que me había vuelto con el tiempo en un gran chef. No quedaba otra. El que cocinaba en mi casa era yo.
Mi ángel sonrió y me dijo:
_También tengo ese tipo de hambre primitivo...


Su sonrisa era radiante como de perlas perfectamente cortadas y luminosas. Toda ella parecía irradiar luz. Todos pasamos a la cocina y degustamos un delicioso platillo preparado por mis manos en silencio. En total y absoluto silencio. Aunque nos hablabas en un idioma ancestral al cual no habíamos ascendido, todavía.




Capitulo 8: Un mundo de posibilidades

Cuaderno de Memorias de un Angel nº2
Lo primero que vieron mis ojos fue a dos seres. Una niña y un muchacho.
Ahora lo se.
La falta de alimento me había agotado por completo y no pude seguir mas. Aún, me acechaban en las sombras. Sabía que estaban en todas partes, que tenían ojos y oídos donde menos uno se lo imaginaba. No podía confiar en nadie. Ademas, tampoco sabia dónde me había metido huyendo de mis captores... creadores... ¿dioses? Todo lo sabían y estaban en todas partes. Tal vez, este era solo otro lugar ficticio creado y manipulado por ellos. No lo sabia y no podía arriesgarme a confiar. Confiar se había vuelto muy peligroso para mi. Tal vez, estos seres solo eran marionetas espías o simple imágenes holográficas...
_ Imágenes Holográficas
¿De dónde diablos saque esa palabra?
Ahí, está de nuevo
¿Dios o diablo?
Hasta ahora, eran esas las bases de mi conocimiento, en las cuales, en medio de esas dos palabras, que no alcanzaba a dilucidar, se batía mi alma, mi cuerpo y toda mi existencia _ ¿Alma?
Ahí, vamos, otra vez.
Mi boca se abrió y las palabras salieron como un huracán incontenible. No sabía a ciencia cierta lo que decía, pero mientras las palabras salían, las iba asimilando una a una, hasta formar el mensaje, que ellas traían. De pronto lo supe. Si el Génesis era el comienzo, debía estar escrito en alguna parte.
¿Dónde?
En una especie de cofre o códice...
Una codificación. Un código. Resguardado del tiempo. Sin embargo, no sabia leer.
A penas comenzaba a hablar esta lengua extraña, que cada vez se volvía mas familiar y tampoco conocía, el por qué de tales acontecimientos.
Miré hacia los alrededores de aquella morada y observé sobre la mesa un objeto muy peculiar, que llamó mi atención. Era como si me estuviera llamando en silencio, sin palabras. Lo tomé, como si fuera la llave, que me aclararía los enigmas, lagunas y baches mentales, que tenia en mis recuerdos o memorias prestadas y así sucedió. Cuando lo abrí, al principio, no entendía nada. Sin embargo, luego, otra vez sucedió lo que venía pasando desde que había escapado, lo extraño y nebuloso se transformó ante mis ojos en cristalino y cognoscible.
LEÍ CADA PALABRA ESCRITA EN AQUEL LIBRO.
Era mi llave. Al fin la había encontrado y me sirvió, en parte, para esclarecer un poco todo aquel caudal de información desbordante, que me asfixiaba y no llegaba a comprender. Por lo tanto, no podía desperdiciar ni un segundo para continuar indagando en aquellos códices...
¿Libros?
Libros, si. Así se llamaban.
Se despertó en mí un hambre insaciable que no me abandonaba hasta que terminaba la última página, para después incrementarse en un nuevo ejemplar. No obstante, mi cuerpo necesitaba energía orgánica para realizar trabajo ¿Estoy siendo un tanto técnica? ¿No es cierto?
De vez en cuando, me sucede...
Simplemente, tenía hambre, digamos.
Necesitaba alimentarme. Producir ATP. Pues, hacía días que no comía nada. Esa era mi debilidad. Debía ingresar en mi organismo otros organismos para vivir.
Antes, era alimentada por dios. Ahora, debía generar mi propio alimento. Ya no estaba en el Edén. Había despertado. Pero...
¡Cómo duele despertar!







Capitulo 9: Una esponja de información



La chica de mis sueños estaba famélica. Se devoró toda la comida. Primero, aparentaba desconocer la funcionalidad de los cubiertos y vasijas dispuestos por mi hermana, pero luego de unos segundos, ya era una experta.
Aparentemente, el aprendizaje se le daba cada vez mas rápido o estaba fingiendo o no tengo ni idea.
Al concluir, después que mi hermana se retirara a dormir, se levantó de la mesa y se acercó muy tímidamente hacia mi y me dijo casi entono de súplica y con cierta timidez:
_¿Podemos seguir indagando un poco mas en esos libros que tienes? ¿Tienes mas? Me mencionaste una biblioteca. Necesito mas información. Perdón. Necesito leer mas. Me hace muy bien
Le respondí:
_ Si. Tengo muchos. Acompáñame
Segundos después, la conduje a la biblioteca familiar que había descuidado un poco.
Mi ángel quedo encandilada. Parecía disfrutar tanto...
Me mantuve a su lado sintiendo su tibieza, su calor y aroma tan peculiar que se mezclaba con la dulce sabia de las páginas que ahora se me volvían tan atractivas solo porque a ella le resultaban fascinantes.
Sus ojos se encendieron de una manera tan peculiar que brillaba aun mas ese verde esperanza. Entonces, aprovechando su cercanía, no pude evitar preguntarle su nombre. Le susurre:
_¿Cómo te llamas? Hemos estado comiendo hace unos treinta minutos juntos y aun no se como te llamas...
Sonreí y creo que hasta me ruboricé por un minuto
_¿Por qué todo tiene que tener un nombre? A todo le ponen nombre. Es muy extraño. ¿Es acaso que si no tienes un nombres no existes?
Me sorprendió mucho su comentario y agregué:
_¿Es que acaso no tienes un nombre?
_Si... _respondió molesta y dejó deslizar:
_ Todas las mascotas tenemos que tener un nombre para que nuestros amos nos llamen en caso que nos extraviemos _ Rugió molesta y después más calmada agregó:
_ Me llamo Alba

Parecía molestarle mucho esto de los nombres. Nunca me lo hubiera imaginado. Nunca lo había visto, así
Mi ángel también, podía ser una furia.
A pesar de todo, ese nombre le quedaba justo.
Alba, el punto exacto en el cual termina la noche y comienza el día. Ese preciso momento en el cual la luz aparece y se disipan las tinieblas. Un momento de agonía, pero también de cambio y nacimiento. El devenir, que anuncia un nuevo día.
A veces, el despertar puede ser algo violento y perturbador, pero la luz nos llena de vida y felicidad. La luz hace que todo valga la pena.




Capitulo 10: Alba


Cuaderno de Memorias de un ángel nº3
Necesitaba información como alimento para existir
¿Pues, no es acaso que de eso, se trata existir?
Leí esos millones de libros acomodados en sus estantes perfectamente bien clasificados por su género y autor...
"Género". "Autor". Si. Ahora, me expreso con propiedad y más. Puesto que cuanto más leo, más aprendo y me doy cuenta que me falta mucho más por aprender que antes. Como dijo ese gran filosofo griego, Sócrates: "Solo se que no se nada". Así que "pienso, luego existo" como afirmaba Descartes. Pero, lo más importante es conocerse a si mismo.
La mejor forma de conocerse es pensando...
Haciéndose preguntas...
El maravilloso “Por qué” de las cosas que nos rodean
Pensar.
Leer.
Leer para existir. Leer para comprender por qué existo. Leer para develar quién soy y que lugar en este basto universo ocupo. De dónde vengo y de quién.
¿Qué fue primero el huevo o la gallina?
Leer me ayuda a pensar. A pensar diferente.
Leer me ayuda a salir de este mundo absolutamente bien manipulado. Pues, estamos controlados política y económicamente.
Eso, es un hecho.
Docenas de cuentos así lo advierten, cuentos tales como La Bella durmiente, Cenicienta, Blancanieves. Novelas de ciencia Ficción como 1984, Un Mundo Feliz, Fahrenheit 451. Parábolas y películas, un género en el cual también estoy incursionando en este último tiempo.
Todo es un Gran sistema para controlarnos
¿Por qué nadie se da cuenta?
Sera tal vez porque está muy bien diseñado...
Hace un tiempo, mientras leía, sin parar, a empezado a invadirme un pensamiento constante, que se repite y me quita el sueño. En cierta forma me atormenta. La pregunta resuena en mi cabeza. Resuena una y otra vez.
¿Soy diferente a Elizabeth y a Augusto?
Hay algo distinto entre nosotros, aunque no lo parezca
¿Por qué?
Mis sentidos se han incrementado notablemente. Mi oído esta mas desarrollado. Puedo escuchar sonidos imperceptibles como el caminar de las hormigas en el jardín. El vuelo de una mosca perfora mis tímpanos. Incluso, he tenido algunas crisis de comportamiento debido a esto porque no tolero los sonidos habituales. En ocasiones, el ruido es desgarrador. Sin embargo, el desarrollo de otros sentidos ha sido mucho mas reconfortante y agradable. Pues, puedo oler hasta el aroma de la sabia que despiden las hojas de los libros y asegurar sin equivocarme a que árbol perteneció.
Soy diferente.
Por fuera luzco igual, pero aprendo demasiado rápido y avanzo a pasos de gigante en mi evolución mental.
¿Cual es mi tribu?
_Se aún mas precisa, Alba_ Me desafió a mi misma todas las mañanas.
La pregunta concreta es:
_¿Soy realmente humana?
Es cuando las pregunta se bifurca en ciento de interrogantes que me aterran.
Si lo soy por qué puedo hacer cosas que ellos no y si no lo soy, entonces qué soy
¿Cuál es mi raza?
¿Que soy?
¿Por que razón estoy aquí?
Aún, no me atrevo a blanquearles que no nací de la misma forma que ellos.
Ustedes saben, la forma convencional con padres y todo, eso.
Aun, no. Debo estar segura cuando lo haga. Debo estar segura que lo que diga será la verdad. Debo conocerme a mi misma para poder conocer a los que me rodean y todas las cosas que estoy descubriendo.



Capitulo 11: Un maldito jugador



La oscuridad perforaba sus párpados, como si fueran dos manos tomando con fuerza su cráneo. Todas las noches las tinieblas inyectaban un líquido verdusco en sus pupilas, causando un efecto de dolor incontenible, como el que se siente si se colocan tenazas ardientes en los ojos.
No podía ver a otros. Le dolía mirar al de al lado. Le dolía sentir algo por alguien mas que no fuera él mismo. Sin embargo, sentía su propio dolor. Sentía dolor y sufría. No obstante, no comprendía el de los demás.
No entendía lo de la empatía. No la sentía. Le había sido negada al nacer o algo, por el estilo...
¿Por qué?
¿Por qué hago tanto énfasis en eso...?
Pues, porque era un maldito cretino. Un verdadero hijo del rigor
Decía odiar la autoridad, haciéndose el rebelde y luego, en la oscuridad era un sumiso del poder.
Un maldito hipócrita...
Es mas, no era sólo sumiso, sino también, proxeneta del poder mas facho. Distribuía propaganda del Estado en cada acto cotidiano que realizaba, sin saberlo. En cada uno de sus acciones se podía verificar la reproducción del sistema mercantilista en el cual estaba inmerso.
Era un maldito cretino...
Un hipócrita más de este Mercado ruin, que te convierte en plástico útil, maleable y mercaderia barata, apta para el consumo de dioses sedientos de sangre roja.
No podía ver y reproducía el poder de otros. No podía ver y no le importaba.
Era un maldito jugador empedernido que apostaba su vida en cualquier juego de azar. Un maldito jugador que creía que todo tenía precio, incluso él mismo.
Adoraba la adrenalina de una partida de pocker sin dinero para apuesta. Pues, lo excitaba bailar con la muerte en un cuarto oscuro y sucio, entre hombres deshonestos.
Este maldito jugador, que todo lo invadía con su afán vicioso, cargado únicamente por ambición desmedida, había sido poseído por la oscuridad mas ácida, raída y multiforme. Esta oscuridad se apoderaba de él todas noches y lo seguía cautelosa por las mañanas. Le hacia ojitos y lo compraba con unos cuantos fajos de billetes verdes de cien, esos que tienen un ojo y una pirámide.
Ese hipócrita jugador pensaba que era inmune al sentimiento hacia el otro. Pensaba que su corazón era una piedra negra y rancia, pero se equivocaba...
Ninguna criatura que more bajo el sol es inmune al Amor. Lo acepten o no, siempre caen bajo su embrujo, que es inconcluso, mas fuerte que el de las mismas tinieblas.
Amor. El maldito y embustero no lo conocía, aún.
Tenía tan solo 20 años y todo un historial vandálico en su haber. Nunca había hecho nada por otro, desde aquel incidente, que pretendía olvidar. Ahora era otro. Si hacía algo, siempre esperaba retribución por el favorcito.
Solo pensaba en él.
El sol salía y el delincuente juvenil se levantaba para perderse en este maldito mundo corrompido, que se hacía cada vez más viejo. Así, como él.
Veinte años y un cerebro de viejo. Sentía como un viejo, pero no era un sabio. Sino que era un viejo con muy mala suerte. Siempre, lo rondaba la desdicha y la mala fortuna. Había desaprendido, en lugar de aprender. Pero, nunca es tarde para aquel, cuya alma es luminosa, aunque se haya ensuciado en el fango. Puesto que no es su culpa.
El juego lo había alcanzado y había jugado con él, el juego de los malditos fracasados. Sin embargo, Caleb era un guerrero. Uno muy bueno y con un alma llena de luz.
Ese era su nombre. El nombre de este jugador, que creía que sabía jugar para él, pero jugaba para reforzar el sistema, que aborrecía.
Tenía los ojos cerrados, porque nunca había recibido cariño. Su madre lo había dejado abandonado en la puerta de una Iglesia al nacer. Su progenitor nunca se hizo cargo de su existencia. Se abrió paso a las trompadas en un orfanato local y allí, fue donde aprendió varios juegos de azar. Escapó a los 14 años, cansado de las golpizas de los celadores, que se abusaban de un ser indefenso, haciéndolo jugar por dinero en tugurios nocturnos y quedándose con las ganancias, que el niño lograba, para ellos. Recibía palos cuando protestaba por algo injusto. Recibía palos, cuando intentaba defender a un compañero, que estaba siendo golpeado para pasar el rato. También, en una oportunidad, defendió de un ataque sexual y brutal a una niña. Esa fue la ocasión, que intentaba borrar de su memoria, pero no podía. Pues, fue el único momento de su vida, que se había sentido útil y valioso. Porque pudo hacer justicia. La mano de la fortuna jugó milagrosamente a su favor en aquella oportunidad. Se preguntaba:
_¿Por qué? ¿Por qué razón debía seguir pura aquella niña? ¿Había algún motivo especial? Hay tantas niñas en el mundo, que se pierden y nadie puede evitarlo. Puesto que el poder y la autoridad permiten y apañan negocios muy oscuros, que recaudan grandes caudales de pasta con la pérdida de la inocencia y no se puede pelear contra un gigante y contarla.
Siempre se lo cuestionaba. Pensaba:
_ Tal vez, los dioses así, lo querían. Un poder escondido estaba presente. Otro, no conocido. Algo había detrás...
Dios o no sabia quién, pero algo o alguien estaba con él, en ese instante. Esa fue la única vez, que se sintió iluminado, acompañado, menos solo. Fue la única vez, que sintió que podía cambiar las cosas. Fue el suceso de su vida, que lo marcó, que lo eligió, interfiriendo con el juego trazado.
Le quedó una marca en forma de número: el 144.
Si lo observas con atención en su brazo derecho se deja ver este número. Es una cicatriz, que marcó a fuego una punta de cuchillo bien afilada. Sangró mucho hasta que sanó. Sangró su espíritu y también, sanó.
El quid de la cuestión es, que esa fue la principal razón por la que escapó. Su vida dependía de ello. Firmó su sentencia de muerte al defender a esta niña.
Logró cortar a un celador en una pierna al arrancarle de sus pezuñas el objeto punzante. En seguida, se hizo presente el director del instituto al oír los chillidos del puerco, revolcándose en el suelo y la niña se salvó.
Pero... ¿Quién era él?
Tenía en sus manos un arma blanca y estaba manchada con sangre de un adulto, que era la autoridad.
¿Quién era él?
Tan solo un niño que nadie quería ni reclamaría. Podían matarlo y no habría persona alguna a la que le importara.
Debía pensar en él y así, lo hizo y jamas dejó de hacerlo, desde ese entonces. Escapó como pudo. Solo, se las arregló.
Había aprendido y desaprendido, en un mismo día.
Caleb jamás olvidó a aquella niña bonita, que quisieron lastimar en su punto más intimo. Luchó contra ellos como un león. Luchó, cual quijote contra molinos de viento, pero gracias a él, no lograron herirla.
La niña se llamaba Aurora. Lo recordaba muy bien. Era una niña diferente. Era una niña perdida en su mundo. Una pequeña inocente, que sus padres no comprendieron y la abandonaron, como lo habían hecho con él.
Caleb tenía un alma noble, pero estaba ciego. Lo habían cegado. Solo la luz podría devolverle el don de la vista y un día, no muy lejano en el tiempo, lo descubriría.


Capítulo 12: Nuestra luz

Diario intimo de Elizabeth
Alba era como mi institutriz. Luego, que la escuela volvió a cerrar.
Corrían, tiempos extraños, por una carretera oscura y misteriosa cuyo vehículo involucrado nunca conocía el camino, puesto que jamás se sabía qué podía suceder al día siguiente.
El vehículo eramos nosotros, que nos bambaleábamos de un lado hacia el otro. Siempre en oscuridad y tinieblas. Sin embargo, Alba estaba, allí y era la luz.
No sabía de dónde había salido aquella muchacha, que tanto obsesionaba a mi hermano. Pero, ella conocía muchas cosas sobre libros y le fascinaba leer. Tenía un hambre desmesurada por aprender y eso, era aprovechado por mi falta de experiencia en ese ámbito. Ya que Augusto pretendía, que no perdiera lo que yo sabia y aumentara mis conocimientos a pesar, que la escuela pública estaba cerrada por el momento.
La falta de electricidad, otra vez, fue la causante de la pérdida de muchos de nuestros víveres. Otra vez, no había luz eléctrica, ni teléfono ni Internet. Estábamos atrapados en una isla. Absolutamente incomunicados con el mundo. Pero, la luz nos iluminaba en medio de tanta nebulosidad. Alba nos enseñó a cultivar nuestro alimento, creo redes de energía solar con paneles alrededor de la casa y molinos por si nos afectaba la carencia de la luz del sol. También nos mostró las propiedades que poseen las plantas para curar heridas y trastornos internos y muchas otras cosas más. Puesto que las farmacias estaban cerradas. Era una especie de “médico brujo” mezclado con “sabelotodo”.
_ Jaja... _Eché una carcajada con ganas, mientras lo pensaba y luego, en voz alta dije casi sin darme cuenta:
_¡Una genia! Eso, es lo que es.
Y así, era. Una chica fuera de serie. Alguien especial cuyo molde fue cuidadosamente fabricado...
Mi hermano la adoraba y yo... Bueno, no concebía la vida sin ella.
No obstante, a ella parecía faltarle algo. Algo muy importante.
Sus ojos siempre estaban tristes. Ni siquiera las payasadas de mi hermano la hacían reír. Augusto quería agradecerle de alguna manera todas las colaboraciones generosas, que ella nos había regalado y no soportaba verla triste. Así que estaba decididamente empeñado que no permitiría, que ella no fuera feliz y la colmaba de atenciones y cuando a pesar de todo no obtenía de su ángel, como él le decía, una sonrisa, se ponía a hacer toda clase de monerías con la cara y el cuerpo como si fuera un niño pequeño...
_ Creo que Augusto la ama, pero Alba... Es otra cosa. No creo que sienta lo mismo por él._Dije cuando Cathy me preguntó si eran novios. Cathy era muy curiosa y quería saberlo todo. Incluso, lo que yo no sabía o no intuía por mi edad.
_En realidad, creo que Alba siente algo por mi hermano. No se si es exactamente lo que él siente por ella. Pero, si es una clase de amor_Agregué al interrogatorio que me estaba poniendo mi amiga.
Tal vez, Alba no sabía amar como una mujer ama a un hombre.
Tal vez solo amara a su prójimo como dice en la Biblia. Esa clase de Amor, que nadie entiende. Esa clase de amor, que no es egoísta. Esa clase de amor, que solo existía en Alba.
Realmente pensaba, eso.
Realmente creía que Alba era la luz.
Yo lo creía.
Yo lo sentía en cada una de mis vertebras. En cada palabra, que le oía decir. En cada acción que realizaba.
Ella era diferente y yo de alguna manera lo sabía. No sé por qué...






Capítulo 13: El secreto de Alba


Sus ojos estaban perdidos otra vez en la lejanía, pero estando aún, aquí, a mi lado. Será acaso que extraña a alguien...
¿Será a lo mejor, que hay otro hombre en su vida?
Alguien a quien no puede alcanzar o no puede tener
¿Qué misterio envuelve a mi ángel?
Me atormentaba esa idea ,que tuviera a otro en sus pensamientos, que no fuera yo. Otro hombre en la vida de Alba. Alguien con quien no pudiera estar por alguna razón. Eso, sería catastrófico. Jamas podría tenerla y aquellas otras veces, que parecía que estaba allí, conmigo, sintiéndola tan cerca, sintiendo esa conexión entre los dos, habría sido una alucinación producto de mi ansiedad...
Me atormentaba esa idea. No podía ser. No tenía que ser ¡Por Dios!¡No! Tenía que preguntárselo, pero era tan difícil sacarle algo de su vida anterior.
Parecía, que su vida comenzó cuando vino a vivir a casa con nosotros...
Al principio, fue muy complicado. Alba atravesó por momento muy duros.
Tuvo muchos problemas de salud. Primero estuvieron sus cambios de ánimo, sus berrinches, sus arranques de furia mortal, sus dolores de cabeza y oídos, sus silencios y después, sus alergias, sus gripes fuertes, sus fiebres de 40º durante una semana, que iban y venían, sus dolores de espalda y sus malestares estomacales y por último, sus vómitos y nauseas.
Hasta, que por fin, salió de todo esa montaña rusa de dolor físico y renació.
Resucitó de entre los muertos. Podría afirmarlo sin animo de equivocarme, puesto que sufrió mucho y luego, empezó a vivir. Empezó a sentir. Empezó a ser la persona maravillosa, que yo siempre supe que era. Mi ángel. Mi Alba.

Esta noche estaba cómodamente recostada en el sofá, que esta junto a la ventana, parecía tan apacible que no daban ganas de molestarla con preguntas pero tenia los ojos tan tristes, que no podía soportar no hacerlo...
_¿Qué te sucede Alba?_ Pregunté sin pensar, si me respondería.
_Nada... Solo estoy cansada, Augusto. Estoy haciendo tiempo. Pretendo alargar un poco más mi descanso. Hoy fue un día muy arduo en el jardín y la quinta, que cultivamos quedó bellísima, aunque terminó con mis fuerzas.
_Te hubieras tomado un descanso...
_ Hay que cuidar lo que plantas en la tierra, sino se echa a perder._ Me respondió.
_¿Estas triste?_ Insistí, como si no hubiera escuchado su respuesta.
_¿Por qué preguntas, eso?¿Qué te hace pensar que estoy triste?
Por supuesto que no lo estoy.
_ Y entonces... ¿Por qué no sonríes?¿Por que el verde de tus ojos esta sombrío y opaco como si la luz se hubiera apagado?
¿Acaso no eres feliz con nosotros?
Tal vez, haya alguien más en tu vida...
Un hombre, que te esté esperando en otro lugar_ Dije, con el terror mas grande, que le puede invadir a un ser humano.
Mi voz casi se quiebra y mi mirada se bajó hasta el suelo. Estaba al descubierto, pero no me importó. Tenía que saber.
_No. No hay nadie. Yo estoy sola. No tengo familia.
¿A qué te refieres con que si hay algún hombre? No te entiendo
_Si ¿Si hay alguien especial? Un hombre que ames...
_¿Amar? ¿Amar, cómo?
_Si... Alguien que te haga sentir... cosas en el estómago_ Agregué_¡Oh! ¡Vamos! Tú me entiendes
_No. El amor es muy amplio. No es tan fácil de comprender...
_Entonces, si amas a alguien_ Dije con bronca
_¡Ah! ¿Te refieres a esa clase de amor egoísta donde uno quiere que otro sea su posesión absoluta?
No, no estoy enamorada. No hay otro hombre. No hay tal hombre. Solo tú
_¿Qué significa?
_ Aún, no lo se. Tengo mucho en qué pensar. Me agrada estar contigo_Dijo y luego sonrío.
Creo que mi cara enrojeció, porque las orejas, a los extremos, ardían acaloradas. Quedamos en silencio por unos minutos. Segundos después, estallé:
_¿Qué sientes por mi, Alba? ¿Te gusto? ¿Aunque sea un poco?
Tú me gustas mucho, de verdad. Pienso en ti todo el día desde que me levanto por las mañanas hasta que me duermo por las noches y luego, sueño que tú sientes lo mismo por mi ¿Esta mal?_ Prorrumpí seguro.
Si. Seguro. Estaba muy seguro de lo que sentía por ella, más que de mi propia existencia en este mundo de percepciones inestables. Más que esta realidad, que no comprendía y me resultaba tan injusta.
Amaba a Alba y no había vuelta atrás. No podría dejar de amarla aunque ella me despreciara o me diera una respuesta negativa. Así que me arriesgué. Me lancé al vacío sin vacilar
_ Te amo
Quería que ella lo supiera mas que nada en este mundo. Quería que supiera cuanto la amaba. No me importó parecer un colegial declarándose a su primera novia. No me importó parecer un tonto enamorado. Hablé con la verdad y la verdad, en ese momento, fue mi guía hacia ella.
Mi ángel bajó su mirada y musitó suavemente:
_¿Qué es lo que quieres que sienta?
¿Amor?
¿Ese amor egoísta que une a unos y separa a otros?
¿Quieres ese amor que causa dolor?
¿Quieres sufrir?
¿Quieres sufrir por mi si me tienes en un anhelo inevitable y constante de que yo siempre sienta lo mismo y no cambie?
¿O sufrir porque yo no sienta lo mismo que vos?
Tal vez lo mejor será que me aleje...
Debería irme...
Tal vez no te haga bien mi compañía...
_ Nooo _ Me obligó a levantar la vista del suelo y adjunté:
_ No quiero que te vayas. Deja de decir, eso. Si no sientes lo mismo por mi, de hecho no estas obligada, no tienes por qué irte. Esta es tu casa.
Quería desaparecer. Quería que me trague la tierra. Esa tierra negra y fértil donde habíamos cultivado días antes. Esa tierra que nos había unido por unos instantes varias veces a la tarde y a la mañana. Me silencié y agregué:
_ Lamento mucho haberte molestado con...
Alba adelantándose a mi voz, dijo:
_Te quiero...
Mucho mas de lo que debería. Si mis mejillas rosadas me lo permitieran, podría decir la palabras que tanto deseas que salgan de mi boca. Tal vez... _Se interrumpió y luego, agregó:
_ Te quiero mucho, Augusto, pero no podemos estar juntos. No como tú quieres...
No por ahora. No lo se...
Por lo menos, déjame pensar un poco más, todos estos sentimientos, que, aún, no alcanzo a comprender...
Un poco... Hasta que sepa mejor quien soy...
No podré contestarte con seguridad hasta que haya encontrado lo que estoy buscando y no encuentro.
¡No podré!
Además, existe un amor mucho mayor al que tu pretendes. Un amor que no conoces, pero un día lo conocerás y esta conversación no tendrá valor, ya. Ya lo veras...
Yo misma te lo mostraré llegado el momento. Sin embargo, ahora existen asuntos más importantes...
Se quedó pensativa. Parecía dudar si decirme lo que estaba a punto de pronunciar. De repente, lo dijo:
_Estoy en busca de algo, pero por el momento no lo encuentro.
_¿Qué estas buscando? _ Dije con ansiedad.
_ Todavía, no tengo claro el panorama. Es como borroso y confuso. Pero, creo que es un niño. Un niño, que es distinto y se encuentra perdido en este manicomio que llamamos mundo. Un niño que no se cómo se llama, ni dónde vive, pero lo siento. Esta vivo. Aún, lo está. Veo un rostro que envuelve miles de rostros luminosos y brillantes. Lo escucho. Puedo oírlo. Escucho su llamado de entre las miles de voces que piden auxilio. No me preguntes cómo, solo lo oigo, porque puedo hacerlo, ahora. Si pudieras oír su voz, como la oigo yo, quedarías maravillado. Es una voz que resalta de entre las otras. Una voz casi angélica. Una voz que truena palabras sabias con la elocuencia de un letrado. Sin embargo, está perdido. Mengua en el océano de las voces de otros. Se pierde hasta el limite que parece que no habla y todo es silencio. Esta confundido. No sabe quién es. Al igual que yo. Pero, necesita mi ayuda. Pues, todavía, no tiene conocimiento de su propia existencia. Me necesita para que lo guie. Porque todo aquel, que no toma conciencia de que existe, no existe. Necesita de mi. Necesita que lo acompañe, pero aun no lo encuentro. No puedo. No puedo encontrarlo. No soy tan buena.
_No te entiendo ¿Por qué un niño? ¿Para qué quieres un niño?
_ ¡No quiero un niño!
¿Acaso no me escuchas?
¿El sonido sale de mi boca y no lo percibes?
¿No comprendes los códigos y los signos fonéticos del lenguaje?
¡Me necesita para saber que está vivo!_ grita y replica_ ¡No es cualquier niño!
Es un tesoro. Por ser un niño. porque nadie es mejor, que un niño para enseñarnos a amar. Pero, también es un elegido. La luz del mundo. La luz ve la vida con los ojos de niño. La luz es la única verdad...
Me miró entre extrañada y un tanto defraudada de mí y musitó suavemente con cierto aire de superioridad:
_Necesito que confíes en mi y aún, no me preguntes ciertas cosas. Ya te las revelaré llegado el momento...
¿De acuerdo?
_¡De acuerdo! _ y agregué, mirándola a los ojos:
_ Confío en ti.
Callé, por un momento y me dediqué a contemplarla, sentándome a su lado. Estreché sus mano entre las mías. Se sentían tibias y suaves. Se veía tan calmada y serena que sentí vergüenza de mi nerviosismo por tocarla. Apoyé mi cabeza sobre su hombro y casi me quedé dormido.
Tal vez, me contaría alguna otra cosa sobre ella si me quedaba cerca. No había dicho mucho. Pero, si lo que mas me interesaba. Estaba sola, sin embargo, no quería estar con nadie por un tiempo...
Tenía una posibilidad, en cierta forma.
No entendí demasiado eso del niño. No supe comprenderla. Debo haberle parecido un idiota y eso, me restaba puntos. Me tenía en cierta forma inquietado todo ese tema.




Capitulo 14: El niño dorado



Hablaba dormida. Susurraba palabras sin sentido en un estado sobresaltado de angustia extrema, que no alcanzaba a comprender. De pronto, sus ojos se abrieron.
_ ¿Dónde estas, pequeño niño de luz? Iluminame, con tus luces de neón. Ilumina mi camino… _ Lo dijo en voz alta ensimismada, completamente ausente de las miradas de Augusto. Y luego, no pude evitar agregar:
_¿Dónde estás, Luz profunda del entendimiento? ¿Dónde estás?
Hay tantos corderos perdiéndose en el camino. Tantos niños apartándose de la verdad. Debo encontrarlo pronto, antes de que se manche con la humanidad.
_Ya no te tengo miedo_ sostuvo, levantando mi puño hacia arriba desafiante al que me oyera:
_ ¿Escuchan? ¡Ya no temo más!
Ya no tengo miedo.
¡Verdugos, ya no temo a su cruel designio!
¡Verdugos, ya no les tengo miedo!
Soy la única que puede producir el cambio. Aún no se, cómo lo se. Pero, lo se. Aún no se para qué fui creada, sin embargo se, que tengo que hacer...
No pude resistir no preguntar y así, lo hice:
_ ¿Qué te sucede? ¿Quién te persigue? ¡Dímelo! Así, sabré cómo protegerte...
En ese instante, fue como si despertara de verdad.
_ No es necesario, que lo hagas. Estoy bien. Ahora, no temo. Gracias a ustedes. Me he fortalecido. El infierno quedó atrás. Ustedes, me han demostrado que no estoy sola, que todavía hay gente por la que vale la pena luchar y es lo que intento hacer. Espero, no fallarles...
Hay que producir un nuevo comienzo, Augusto. Un nuevo amanecer, que se levantará sobre las ruinas. Porque no se puede evitar el final.
_¿De qué estás hablando? No entiendo nada. Buscas un niño, quieres cambiar el mundo y ahora, dices que el mundo se va a acabar...
¿Cómo que se va a terminar?
Apocalipsis profetizadas han existido siempre, pero el mundo, continúa andando.
_ No estoy loca, Augusto.
_ Creo te hizo mal leer la Biblia( sonreí).
_No es broma. Créeme. Ya lo verás. Todas esas cosas extrañas que están sucediendo con la energía, no son casualidad.
Ellos han existido, desde el principio de los tiempos. Mucho antes que el tiranosaurio o el velociraptor. Antes de que se creara la luna. Mucho antes de que la Tierra fuera arrasada por un planeta que salió de su órbita. Son cazadores y carroñeros. Están aguardando entre las sombras.
El hombre cree inocentemente, que tiene el control y es libre. Pero, no es cierto. Son manipuladores y feroces asesinos devoradores de almas y cuerpos. Antiguamente se alimentaban de carne y sangre humana...
Les daban esperanzas para luego, alimentarse de ellos, como si fueran tontas ovejas.
_ ¿Qué estás diciendo? Me asustas
_Esa es la verdad y hay más, que todavía no me atrevo a pronunciar en voz alta. Ellos están en todos lados y pueden oírlo todo. Tengo que actuar rápido. Todavía tenemos una oportunidad para vencerlos. Si no ganamos...
Ellos, los oscuros jugadores, dejarán una huella triste de soledad y desconsuelo en el mundo.
El hombre se ha apartado tanto de la verdad que tendremos que salvarlo de si mismos, antes que de ellos. Por eso, necesito a ese niño, para que nos muestre el camino. Solo él podrá salvarnos. Solo él es el indicado.
_ ¿Cómo lo sabes?
_ Simplemente lo se. Me lo cantan los genes al oído todas las noches ¿Tú no los oyes?
_No _ Pronuncié rotundamente
_ Son tan claros. Es nuestra memoria genética. La memoria de nuestra raza. Deberías poder escucharla. Todos deberían.
_ Creo estas cansada... Ve a dormir.
_ ¡No estoy loca!
_No estoy diciendo, eso
_ Lo insinuaste...
¿Qué es locura?
¿Qué es cordura?
Vivimos en un mundo, que es preso de un sistema, que nos hace actuar como locos. Acosando a los sanos hasta atormentarlos, al límite de hacerles creer que son ellos, los que sufren de trastornos de espíritu, cuando su espíritu es el que está, en lo cierto.
¿Y quiénes son los LOCOS?
¿No son locos, aquellos que enfrentan el día a día y no se rebelan a las normas establecidas por un sistema brutal? O...
¿Son acaso locos, aquellos que rompen las cadenas de la ignorancia con la sabiduría de la verdad?
¿Si algo a nadie le cuadra significa que no es verdad?
¿No son locos esos, que permiten el atropello de otra persona, solo porque el que atropella es la autoridad? Digo…
Dijiste que confiabas en mi. Necesito, que no solo lo digas, sino que también, lo afirmes con hechos.
_ Tienes razón. Perdona. Lo intentaré, Alba.
Me voy a dormir. Estoy muy cansado. Hoy fue un día agotador. Mucho trabajo. Pocas propinas. No mucho dinero. Tú sabes... Ah, cierto, no. No lo sabes. Bueno, no lo se... Porque no conozco nada de tu vida...
¡Lo siento! No quise ser grosero. No tardes... _Lo dije molesto, intentando disimular, aunque no me salió tan bien.
Me marcaba exhausto, pero en el último momento, decidí quedarme, escuchando lo que continuaba diciendo sin que Alba lo supiera.
_ Se que no me crees, pero lo harás. Pues, la hora está próxima.
¿QUÉ O QUIÉN LES ABRIRÁ LOS OJOS a la humanidad?_ Se detuvo por un instante y después agregó:
_ Sólo LA LUZ, el nuevo manso cordero de grandes ojos, que ha sido vejado por todos, mostrará el camino. Él es quien conoce la VERDAD. Y aunque, aún es un niño, nos enseñará a transitar entre las sombras de la confusión para encontrar el camino.
Alguien dijo una vez:
_”Dejen que los niños vengan a mí, porque sólo conocerán la verdad, aquellos que ven la vida con ojos de niño.”
Esas fueron las palabras de un cordero, que fue asesinado por sus perseguidores…
Un Manso cordero, que sumiso fue a su muerte, entregando su vida en un acto de amor. Ofreció su humanidad para que conociéramos la VERDAD, pero el hombre no entendió. Ni siquiera entendieron los que lo recuerdan y lo hacen venerar. Puesto que lo utilizan para lucrar. Lucran, con el maldito dinero, que todo lo mancha. El maldito dinero impuesto en el mundo por ellos, como método de control.
¡Oh, Augusto! ¡Cuanto tienes por aprender!
Sentí vergüenza y rabia. Ella me consideraba un idiota. Sin embargo, no intente acercarme. Me fui.




Capítulo 15: El observador interestelar





Observador Nº1
Asignado a Galaxia habitada por Raza Humana
Espécimen clasificado bajo el número 13
$$ “” “@·%&ª” *^Ç “” /FI/RE/PI
Traducido por si es registrado por algún terrestre.
Este es el día...
No creo que comprendan...
Del año...
Ese es otro inconveniente...
Para definir nuestra Era, primero debería explicar lo inexplicable y como no hay nada que pueda hacer, para que un humano comprenda, aquello que sale fuera de su visión, he decidido no registrar fechas por el momento.
No es culpa de los humanos el ser, como son. Solo fueron programados, así.
Por lo tanto, solo constataré que en esta fecha, comienzo a escribir mi observación de este primitivo planeta, ubicado en la tercera posición de un sol blanco, su fuente de vida, acompañado por una gemela marrón que tiene una órbita elíptica que trasciende la gravedad de la energía principal haciendo un recorrido de 26 millones de años. Esta órbita la ha realizado tres veces desde el nacimiento de este planeta, Agua.. Decidimos colocar este nominativo a causa de su composición ya que el 70% del planeta esta rodeado de ella.
En un principio, fue bastante difícil comunicarnos con los primarios habitantes del lugar debido a que son extremadamente materialistas, es decir necesitan desesperadamente tener un cuerpo para existir. Así que tuvimos que adaptar nuestra composición molecular para aparecer en su realidad.
Es un grupo muy extremo. Muy rudimentario. Es evidente que fueron modificados genéticamente por una especie violenta, la cual adjunto su propio ADN en estas criaturas, sino no se explica su atraso. Creemos que esta raza superior, en conocimientos no en evolución, pertenece a otra parte de la galaxia no conocida por nosotros y que ha intervenido en estos primates para confundirlos y utilizarlos con fines egoístas y de mera glorificación personalizada. Estos sujetos afirman que seres de las estrellas, dioses, los crearon y que conforme a lo que prometen regresan para estar cerca de ellos y acompañarlos como una especie de padre control, un patriarcado.
Nos ha apenado muchísimo la mezquindad e ignorancia en la que se sumergen cotidianamente, la manera en que riñen entre ellos y como se matan, por lo tanto hemos decidido intervenir para solucionar al menos de forma superflua estos conflictos en un intento de lograr un poco de equilibrio y paz. Tal vez por ello, nos han puesto nombres como ángeles y dioses, a pesar que les hemos repetido hasta el cansancio, que no lo somos.
Para algunos individuos somos los buenos, los que han venido a rescatarlos, para otros somos demonios que pretenden alejarlos de Juh, el dios de las Huestes, el duro, el que gobierna con manos de hierro, el que castigará a todos aquellos que lo hayan abandonado por dioses mas dóciles. Algunos parecen creer, por momentos nuestra versión, que no somos dioses y nos preguntan si Yuh es nuestro Dios y les decimos que no, que no lo conocemos. Entonces nos vuelven a interrogar y quieren conocer el nombre de nuestro Dios, a lo cual respondemos que todos somos Dios, que somos UNO, que formamos parte de Él y somos ÉL. Puesto que un día tomamos conciencia de nuestra existencia en un vacío inmenso lleno de angustia y oscuridad, así que decidimos crear una realidad mas placentera e infundimos luz para poder ver y creamos vida. Aunque este acto tampoco calmó nuestra ansiedad así que decidimos separarnos, individualizarnos y a pesar que ni eso, calmó esa ansiedad, nos dio un poco de paz poder vivir y disfrutar de lo creado.
_Y aquí, estamos con ustedes, enseñándoles que también forman parte del todo y de Dios y también son Dios. _ Les decimos.
Y es entonces cuando estalla la revuelta y algunos nos gritan que somos demonios y otros, que somos Dios. No entienden. Nunca entienden. Es tan difícil abrir los ojos del que no quiere ver...
¡Que gran trabajo ha hecho esta raza violenta de seres interestelares en estas criaturas al reducirlos a un estado de eterna oscuridad!
Es un trabajo muy sofisticado que los mantiene esclavos sin una supervisión.
Demasiado siniestro...
¿Cómo pudo una parte de Dios volverse tan oscura?
Y pensamos que si un día decidimos volver a unirnos, cual será la tarea extenuante que deberemos realizar para iluminar esa oscuridad.
Esa pregunta nos persigue, pero como delante nuestro tenemos una muy intrincada misión, no nos rendimos. Olvidamos esa pregunta. Seguimos. Les seguimos enseñando a estos primates y ellos vuelven, otra vez, a nosotros para pedir consejo. Vuelven a la fuente. Quieren conocer la verdad. Nos buscan para ser instruidos, acompañados. Nos buscan para sentirse menos solos. Tal vez, esa sea la forma de iluminar esa parte oscura que se ha perdido en la inmensidad...
Con el objetivo de que nos conozcan un poco más, cuando descendimos, resolvimos enseñarles nuestro alfabeto y sistema numérico. Pues, nos percatamos que estos individuos necesitaban valerse de lo concreto para comprender. Así que volvimos a nuestras raíces.
Para nosotros es un hecho arcaico, pero lo seguimos utilizando cada tanto con seres que aun no han alcanzado la Luz. Es una pequeña ayuda que se nos esta dada a ofrecer para despertar un intelecto superior, que los lleve con el tiempo, a evolucionar.
Ayudamos, pero no porque sean inferiores, sino porque necesitan apoyo. Se niegan a si mismos. Se niegan a ver. Necesitan desesperadamente aferrarse a lo material. Lo material los tranquiliza, les da seguridad y una regla, una norma, una ley para vivir en comunidad con sus semejantes. Los hace sentir que ocupan un lugar en el espacio y tiempo. El cuerpo los hace pensar que existen. Nosotros en cambio ya no precisamos del cuerpo para saber que existimos. Somos Luz. Entes de luz. Sabemos que existimos porque hay una voz superior, un verbo que nos habla. Esta allí y así como él esta, nosotros estamos. Eso es Fe. La Fe nos hace existir. Creer en nosotros. Todos unidos. Un todo que es uno. Un copus continuo.
Nuestra especie también recibió un “Humilde” que nos mostró el camino y al contrario de los humanos, lo seguimos y aquí estamos, enseñando a crecer a otros.

Anotación para recordar: Los humanos creen poder comunicarse entre sí a través de los objetos que los rodean. Es decir, solo con los que interaccionan, ya sea una piedra, una rama, un árbol, una fruta, un animal o un igual. Objetos tangibles, palpables. Lo demás escapa a su comprensión. Si deseamos enseñar debemos acomodarnos a su percepción de la realidad. Volver a la fuente para llevarlos lentamente a percibir aquello que los sentidos no captan.





Capitulo 16: Una noche de borrachera


No podía creerlo. Hacía todo por ella. Vivía para ella y no le importaba. Ni siquiera me consideraba digno. Era su perro.
No me lo dijo con palabras especificas, la noche anterior, pero su mirada lo reveló.
¡¿Como fue que dijo!?
Ah, si. “¡Oh, Augusto! ¡Cuanto tienes por aprender!” ¡Que rabia me dio!
Me menospreciaba. Como si estuviera en un eslabón inferior a la evolución de la especie.
Mi cabeza estallaba de furia, mi garganta se cerraba de angustia y mi corazón se aceleraba por la impotencia al pensarlo.
¿No soy lo suficientemente evolucionado o inteligente para ella?
No podía soportar su lástima.
No quería ir a mi casa esa noche, luego del trabajo. Necesitaba desahogarme.
Mis pasos me fueron llevando. No sabía dónde iba. De pronto, termine parándome en la puerta de un bar. Un oscuro edificio de muy mala fama. Jamás había estado allí, cuando me decidía a dar la vuelta y regresar una voz gruesa y ronca rugió, entre las sombras profundas:
_ ¿Amigo, tienes un billete? Unas monedas...
_ No _ respondí
_ ¿Y un pucho? Mataría por una seca...
_ No fumo... Nunca lo he hecho
_ ¿Eh, donde has vivido, amigo? ¿En un termo? No puedo creer que nunca has disfrutado de un buen humo de tabaco. Eres un blandengue. No se explica tal sacrilegio_ lo dijo y se río en grande.
Esa fue la primera vez, que vi a Caleb. Allí, en un tugurio, una taberna abandonada, por la falta de energía y servicios, pero que gracias a unas velas improvisadas, como única luz, aún se mantenía abierta.
_Ven _ dijo _ Entremos... Conozco al tipo que atiende el bar. Es amigo mio. Seguro nos sirve unos tragos gratis _ parloteó jocoso y me tomó del hombro. Prácticamente, fue el empujón que me animó a entrar. El lugar era un asco. Un antro, pero no estaba buscando ningún paraíso. Pues, mi paraíso era Alba y se había transformado en un infierno. Así que estaba donde debía estar.
_ Unos tragos bien fuertes_ le vociferó al cantinero _ para mi amigo y yo
_ Bien, Caleb pero no abuses... _ Fue lo que objetó Edgar. Esa era el nombre del tipo que servia tragos en la barra. Edgar Van Hutten. Un hombre grueso y enorme. Su cabello canoso y largo hasta los hombros, que recogía en una cola de caballo con una gomita roja y sucia. Se veía maltratado y descuidado por los años y la mala vida, que llevaba... ¿O acaso es eso, lo que hace la sociedad con los hombres que no tienen oportunidades en el Mercado?
Continuará...