jueves, 7 de enero de 2016

El ángel astronauta

Voy a revelarles algunas cuestiones que he recopilado en mi viaje a la tierra, en mi búsqueda incansable del sol. Aunque, me parece imprescindible aclarar que no es el sol que conocen los humanos, antes de continuar. Es un SOL que nadie a logrado ver, siendo el que mas LUZ irradia desde antes de la creación de la vida en cualquier ámbito de este universo. Sin embargo, como la luz es tan poderosa, el ojo humano no la percibe. El Don de la vista no es para cualquiera, me temo…
Hago esta aclaración, porque los humanos lo confunden todo, hacen generalizaciones apresuradas de nociones elementales y básicas y arremeten contra cualquiera que piense distinto a ellos. Estos choques de intelectos primitivos me han sobresaltado sobre manera…
_ ¡Qué raza tan absurda y contradictoria! ¡Asustan! ¡Dan pánico y terror!
Parecen mansos corderos, pero en realidad son serpientes enroscadas a la espera de alguna presa a la cual devorar. He tenido sentimientos discordantes con estos seres ¡Cosa extraña en mí! Siempre he sido un ser homogéneo en lo que a emociones se refiere…
Creo, me han infectado. Parece difícil no dejarse llevar por sus pasiones que aunque bajas, dejan una gran exaltación. Viven todo con una fogosidad descontrolada. Me espanta y a la vez, siento, admiración por esa vibra. Puesto que despierta agitación y sonoridad, componentes básicos para la creación. No obstante, me apena que no sean conscientes de ese potencial que los caracteriza.
Sus corazones laten a mil revoluciones por segundo ¡Ojo! No lo dice un doctor, dilucido, sino un poeta. Estas revoluciones son casi similares a las que han padecido en su lucha por encontrarse a si mismos, aunque todavía no lo hayan logrado.
En toda esta escabrosidad de emociones he descubierto en su especie…
¿Cómo decirlo? Una especie de sub-raza diferenciada. Puesto que, si bien, son serpientes, no todos los son. De entre la maleza se puede encontrar una flor. Existen entre ellos, unos individuos que voy a “etiquetar” como corderos.
Jamás, hago esto. Pues, detesto etiquetar, aunque a los humanos les encanta. Así que siguiendo su línea me permitiré esta infamia. Es decir, la bajeza de la ETIQUETA. Tal vez de esta manera, haya un mayor acercamiento entre ellos y yo…
Como decía antes, los corderos son esa FLOR, que se encuentra en la maleza, entre los matorrales de la ignominia. Ellos son los simplones, los tontos, inocentes, inexpertos y crédulos, según las serpientes, cuando en realidad son los verdaderos virtuosos, honrados, justos, íntegros y honorables. Por tal, son la subespecie que destrozan los “otros” o transforman en víboras con su monstruoso canibalismo.
En uno de mis viajes a este planeta he descubierto entre sus orígenes a un cordero particular, que brilló por su valor y amor hacia los demás.
¿Sera por eso, que lo asesinaron sin piedad?

Este acto aberrante de apostasía despertó en mí un sentimiento que no podía expresar con palabras y me angustió en grado sumo.
Este magnífico ser a través de sus proezas en esta Tierra llegó a avergonzarme por encontrarme entrelazado con la humanidad, a través de una hélice genética en mi ADN. No entiendo cómo pudieron matarlo.
¿Cómo pudo existir un ser semejante en un mundo tan primigenio repleto de animales retorcidos y monstruosos?
¿Cómo es posible que lo hayan dejado pasar?
¿Cómo pudieron ser tan crueles con Él?
¡Cómo expresar este terrible tormento que siente mi alma con palabras humanas!
Es un grito desgarrador, que intenta salir a cada momento. Y aunque no lo deje ser, ahí esta, para atormentarme a cada instante. No puedo hacer caso omiso.
¿Dónde estas, ínfima sensibilidad del espíritu humano?
¿Acaso perdido en una lejana esfera del entendimiento?
¿Acaso escondido en un rincón sobresaliente del firmamento ecléctico de antaño, que finge no estar allí?
Cuando en realidad estalla en llanto como un huracán herido, que no tiene consuelo ni remedio, pero existe.


¿A dónde estas?
¡Déjame verte!
¡Oírte!
Caminar de tu mano.
Mundo hueco.
Decadente y muerto, está
Aquí, he venido a parar.
Roto, está.

Sin vida
Indigno, los Engañas
No quieren mirar la verdad,
Verdad, perfilada tras el arco iris gris
Universo transparente
Ojos enceguecidos del hombre
Vacía y vana modernidad
Roto esta.

Absorto en el recuerdo del ayer.
Imaginas, un mundo diferente.
¡Que cinismo más efímero!
Decir: ¡vemos!
Sumergidos en la ceguera más profunda.
¡Ciegos y guías de ciegos!
Ambos caminan juntos de la mano…
¡Caen!
Infierno de la desesperación.
Roto está.
Nunca la vida fue tan clara, cuando vieron al mal corromper un alma.
¡Que lamentable!
Descubrir la verdad en la oscuridad de la noche y no en el día.
Pensar que si escucharan mis lamentaciones algunos se ofenderían mucho, porque dirían que los tildo de tristes. No son tristes. Son ruines y bajos. Sin embargo, a ellos solo les preocupa lo superfluo. Es casi irrisoria y grotesca la superficialidad con la que se manejan.
¿Qué es cierto y qué es mentira?
¿Nunca asistieron al asesinato de un indefenso cervatillo?
¿Nunca vieron sus grandes e inocentes ojos en el momento exacto en el que el verdugo prepara su ejecución?
¿Qué es lo que sintieron?
¿Lastima? ¿Dolor? ¿Remordimiento o hambre?
Un hambre inmensa e insaciable por la sangre que se derrama.
Tal vez sintieron aberración y vergüenza…
Una vergüenza por observar pasivamente sin hacer absolutamente nada ante un homicidio. El asesinato de un inocente, que va camino al matadero con toda la pureza de un alma bella.
¿Qué sintieron?
¿Por qué no hicieron nada para impedir ese holocausto?
¿Por qué no frenan la iniquidad antes de justificarla?
Sería mejor que reaccionan y dejaran de caminar en tinieblas, sin embargo, cierran los ojos y miran hacia otro lado, como si con ese acto cobarde esquivaran el obstáculo y el mal no se expandiera, al igual que una epidemia pestilente o un virus informático…
La sangre es vida. La sangre es muy preciada y valiosa en estos tiempos, así como en otros.

¡SANGRE!
La clave del misterio más antiguo se encuentra en el plasma sanguíneo. En las generaciones, que pasaron y que vendrán, se encuentra la verdad encubierta o que no quieren ver, puesto que es demasiado enérgica para sus pequeñas mentes y diminuto corazón de mandril.
Los humanos son animales pensantes, pero animales al fin. Les continúa deleitando la violencia y el derramamiento de sangre indefensa, como buenos cazadores que alguna vez fueron…
A pesar del horrible fratricidio cometido por esta raza, creí, que con solo haber oído el mensaje, estos seres o tal vez, algunos cambiarían y haría, que con el tiempo, a través de los siglos, otros los seguirían, pero lamentablemente me equivoque, a mi regreso encontré los mismo sentimientos deshonesto que a mi partida de la Tierra.

Los corderos siguen pastando, bajo la luminosa fosforescencia del alba, en un claro del bosque, sin terminar de conocer al malicioso morador de la tierra, que lo acecha aguardando un minúsculo descuido.
¡Cómo disfruta el mortal de la proximidad de la muerte!
¡Cómo se regocija del jugar con su víctima hasta matarla!
_ Indefenso espécimen de la naturaleza, no sabes a quién te enfrentas…
Quieres salvarlos con tu bondad, pero la humanidad no la conoce.
¡Corre!
Huye de aquí.
No permitas que te alcancen, porque te apedrearan hasta darte muerte.
¡Corre!
No mires atrás.
Eres muy valioso para dejarte asesinar otra vez…
Y lo harán, si te alcanzan.
El hombre ya te mató anteriormente y lo repetirá una y otra vez, porque no aprende o no quiere aprender. Pues, le asusta tu inocuidad, dignidad y verdad. La única y absoluta verdad, puesto que sólo se llega a la veracidad al amanecer, a plena luz del día y en presencia del mismo sol naciente, cuyas chispas ilustran el camino de un Nuevo Comienzo.
Los humanos no conciben que lo que importa es la IDEA, NO EL MENSAJERO. Tal vez cuando deduzcan, esto, renuncien a asesinar honestos “Humildes” que solo intentan traer luz a esta oscuridad en la que todos viven.
Tal vez, cuando descubran cuál es EL PERPETUO FENÓMENO INCOMPRENSIBLE, puedan cambiar para convertirse en hacedores de luz.
No obstante, ahora solo viven en tinieblas devorando a los otros, cualquiera sea, no importa. Esta hecho de carne y sirve de alimento.

Así, son.
Quede inerte, apático, desolado y absorto en este mundo sin sentido que vive de lo material y se nutre de su prójimo más cercano.


_ Lo que está a la mano es más fácil de alcanzar y si tiene alguna debilidad es presa fácil para nosotros, dijo un lobo hambriento. Los lobos están, aquí y no son los que habitan los bosques, sino algo mucho más sombrío y peligroso.

Quiero entender a los humanos, de verdad, eso es lo que quiero. Sin embargo, por más esfuerzos que hago, no lo concibo.  

sábado, 2 de enero de 2016

El indomable espíritu de la creación

Bach

Aire, que fluye fluctuando a través del sonido etéreo del infinito silencio de una ola y del viento, que avanza sin detenerse jamás a escuchar más que la brisa del ayer, perdida en la inmensidad  del universo vasto y eterno.